Barcelona derrotó por 2 a 0 a Juventus en Italia, por el Grupo G de la Champions League. Ousmane Dembelé y Lionel Messi (de penal) marcaron para la visita, mientras que Merih Demiral fue expulsado en el local.
En el medio de una tormenta institucional sin precedentes, casi acéfalo tras la renuncia de su presidente Bartomeu y toda su Junta Directiva, el Barcelona de Koeman fue a Turín y se volvió con los 3 puntos, jugando un más que aceptable partido, ante una Juve que nunca se animó a jugar.
Tras la dura derrota 1-3 en el Clásico ante el Madrid, Koeman metió mano. Sin Fati, Pique y Busquets, adentro Dembelé, Pjanic y Araujo, con De Jong en el medio y Pedri, Messi y Griezmann, y de mitad de cancha en adelante el equipo dio muestras de funcionamiento. En defensa fue otra cosa.
Desde el arranque, el Barca fue protagonista, presionando y recuperando alto y con buenas combinaciones entre los de arriba.
Llegó al gol tras un remate de Dembelé (que jugó su mejor partido desde que llegó al Barcelona) que se desvió en Chiesa y se coló por el segundo palo, y mereció más pero no fue preciso en la definición. Tanto Dembelé, Griezmann como Messi quedaron de cara al arco pero fallaron.
En frente, tuvo a una Juventus muy fria, que nunca se le animó a una defensa blaugrana que no genera seguridad, pero hoy no sufrió. Sin Cristiano, con Morata como el llanero solitario y algo de Cuadrado por derecha le generó alguna chance, pero el VAR le anuló (bien) 3 goles al ex-Madrid.
En la segunda parte, el Barcelona siguió manejando la pelota, ya sin arranques de la Juve tras la expulsion de Demiral, asi que sin sufrir pero tampoco sin poder cerrarlo.
Recién a los 87, tras un inocente penal de Bonucci a Fati, Messi pudo poner el 2-0 final para terminar el partido.
Barcelona no trasladó su flojo arranque de Liga a la Champions y sacó 6 de 6.
Desde lo futbolístico aún le falta mucho, pero por momentos quiere hacer otra cosa, quiere romper el molde.
Hoy, la sociedad Messi-Griezmann dio señales de querer arrancar de manera definitiva, pero solo el tiempo de juego juntos que Koeman les dé, lo dirá.
En medio de tiempos políticos revueltos, el dt debera aferrarse a los resultados si no quiere que la tormenta también se lo lleve puesto a él, tras el complicado inicio de ciclo (conflictos Messi/Suaréz incluídos) y la irregularidad en la Liga.