El equipo de Zinedine Zidane lució inofensivo, pero logró igualarlo en los minutos finales: 2-2 con Borussia Mönchengladbach.
La dosis de ánimo que se inyectó con la victoria en el Clásico no pareció producir impacto en Real Madrid. Al menos, su segunda presentación de este martes en la UEFA Champions League no terminó en derrota, ya que en los minutos finales reaccionó y pasó del 0-2 al 2-2 final en casa de Borussia Mönchengladbach.
El conjunto merengue intentó manejar el balón en los primeros compases del juego en Alemania, aunque la ofensiva de Vinicius, Marco Asensio y Karim Benzema poco pudo mostrar para lastimar el arco rival.
En su única aproximación seria, el local le hizo daño a una desarmada defensa merengue mediante una combinación francesa. Alassane Plea ejecutó una notable habilitación y Marcus Thuram fusiló a Thibaut Courtois con un zurdazo para quebrar el cero a los 32 minutos de juego.
Si bien el inicio del complemento lució alentador para el conjunto español, con disparos de Asensio y Vinicius que amenazaron la portería, el Gladbach tenía preparada otra sorpresa. Con un criterioso manejo del balón, el local hizo una triangulación que terminó en un remate tapado por Courtois, pero el rebote llegó a los pies de Thuram, quien debajo del arco empujó el balón.
Zizou trató de cambiar la historia con la inclusión de Luka Modric y Eden Hazard aunque su objetivo no se vio reflejado al instante. El belga tuvo una oportunidad para marcar de zurda y con angulo complejo pero su remate se marchó desviado.
Con la derrota que se veía cercana, el Madrid resurgió de las cenizas. A los 86′, un centro pasado encontró a Casemiro, quien salvó al balón antes de que se fuera de los límites y lo bajó para Benzema: casi de espaldas y con un zurdazo, el goleador francés alcanzó el descuento.
Y a los 93′, con enorme necesidad, otra pelota cayó al área y Casemiro firmó el empate para brindarle una cuota de alivio a su equipo.
A pesar del punto sumado, el Madrid entra en alerta por su flojo rendimiento futbolístico. El choque ante Inter de Milán en España, la próxima semana, podría ser crucial para sus aspiraciones en una competencia en la que, por ahora, no hace honor a su rótulo de máximo campeón histórico.